Atención: por qué no se debe matar a las lagartijas, aliadas clave del ecosistema
En la zona del AMBA se llenó de lagartijas, su presencia muchas veces asusta pero no hay que matarlas. La explicación.
Lagartijas en las casas.
En muchas partes del mundo, las lagartijas son vistas como criaturas comunes que habitan jardines, paredes y rincones urbanos. Ahora aparecieron cientos de ellas en la zona del AMBA, sobre todo en el Conurbano bonaerense.
Sin embargo, a pesar de su apariencia inofensiva, algunas personas sienten miedo o aversión hacia ellas, lo que a veces las lleva a matarlas.
Pero, ¿por qué no debemos matar a la lagartijas? La razón principal es su papel fundamental en el equilibrio ecológico.
Controladoras de plagas en el AMBA
Las lagartijas son depredadores naturales de insectos y arácnidos. En sus dietas incluyen mosquitos, cucarachas, hormigas y otros pequeños invertebrados que pueden representar molestias o incluso riesgos para la salud humana. Al eliminarlas, se pierde una forma natural y efectiva de control biológico de plagas.
Indicadores ambientales: La presencia de lagartijas en un entorno es una señal de que el ecosistema está en equilibrio. Son sensibles a los cambios ambientales y su desaparición puede indicar problemas como contaminación, uso excesivo de pesticidas o degradación del hábitat. Al protegerlas, contribuimos a mantener un ambiente saludable.
Seres inofensivos para el ser humano: A pesar de los mitos y creencias populares, las lagartijas no representan peligro alguno para las personas. No son venenosas ni agresivas y, de hecho, suelen huir rápidamente ante la presencia humana. Son animales que prefieren evitar el contacto con las personas y su interacción con nosotros es más beneficiosa que perjudicial.
Lagartijas: su importancia en la biodiversidad
Las lagartijas forman parte de la cadena alimenticia y son presa de aves, serpientes y otros depredadores. Su desaparición afectaría el equilibrio ecológico, causando posibles desajustes en el ecosistema. Respetarlas significa cuidar la biodiversidad de nuestro entorno.
En conclusión, las lagartijas son aliadas de la naturaleza y de los seres humanos. En lugar de matarlas, es preferible aprender a convivir con ellas y apreciar el valioso papel que desempeñan en nuestros ecosistemas. La próxima vez que veas una lagartija en tu jardín o en la pared de tu casa, recuerda que es una pequeña amiga que trabaja silenciosamente para mantener el equilibrio de la naturaleza.
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