La manera de lavar vasos y platos para dejarlos impecables: como es el truco con sal y bicarbonato

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Un truco casero y viral está causando furor y promete devolverle el brillo a tus vasos de vidrio usando solo un poco de sal y unos minutos libres.

Con el uso diario, los vasos de vidrio van perdiendo ese brillo que los hace quedar impecables, sobre todo cuando se les pega cal o mugre. Circula un truco casero y viral que promete dejarlos como recién comprados con cosas que cualquiera tiene a mano en la cocina.

Esta técnica se volvió tendencia porque ofrece una solución rápida, económica y súper efectiva para renovar tus vasos sin esfuerzo.

El paso a paso para dejar los vasos impecables

Un truco casero y viral explotó en redes después de mostrar una forma sencilla de recuperar vasos que quedaron opacos o con ese tono blanquecino tan molesto. Esa apariencia suele aparecer por la cal del agua o por restos de detergente que se van acumulando con el uso diario.

Para revertirlo no hace falta nada raro: alcanza con mezclar dos cucharadas de sal y dos de bicarbonato en agua bien caliente, cosa que se disuelva todo.

Una vez lista la preparación, se colocan los vasos adentro y se los deja descansar durante media hora. Después llega el toque final: frotarlos con una esponja suave y enjuagarlos con bastante agua fría. El cambio se nota al instante, ya que el vidrio recupera un brillo que parece recién salido de la caja.

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El método no solo es barato y fácil de aplicar, también resulta amigable con el ambiente porque evita productos agresivos que pueden rayar o desgastar la superficie del vidrio. Ideal para quienes buscan limpiar sin arruinar nada.

La sal, además, se volvió una aliada para resolver otras tareas del hogar. Cuando aparecen manchas de tomate en tuppers o recipientes plásticos, se puede preparar una mezcla de limón, sal y un chorrito de jabón para platos. Con un cepillito se frota bien, se deja actuar un rato y se enjuaga. Los resultados sorprenden.

Para las sartenes antiadherentes también hay un truco práctico. Se cubre la base con sal gruesa, se calienta unos minutos a fuego bajo y luego se retira con papel de cocina antes de lavar. Así se eliminan restos invisibles que afectan la antiadherencia y quedan como nuevas.

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