Quimey Ramos, la docente que cambió de género durante la cursada

Sociedad

Tiene 22 años y da clases de inglés en un colegio de La Plata. Es el primer caso que se registra en una escuela local.

Después de dos años de dar clases de inglés en una escuela primaria de La Plata, Tomás Ramos (22) decidió revelarle a su alumnos que ya no era el profe sino la seño Quimey. Fue un jueves de noviembre del año pasado cuando se plantó en el comedor frente a sus alumnos de primero a sexto grado para responder una pregunta que muchos de ellos se habían hecho esa mañana al verle llegar: “Profe...¿por qué viniste de mujer?”.

Llevaba puesto un guardapolvo femenino, el pelo recogido y un poco de rimel, apenas lo suficiente para subrayar lo que estaba por decir. A su lado, sus compañeras maestras aguardaban inquietas la posible reacción de los chicos: si algo podía esperarse de ellos es que no se guardarían su opinión; sus respuestas eran siempre espontáneas, sinceras e inocentes hasta la crueldad, según reveló en una entrevista al diario El Día.

Docente
Quimey Ramos
Quimey Ramos

Ustedes me conocieron hasta ahora como Tomás, pero yo hace tiempo que me siento mujer. Y como, por suerte, esto es algo que puede elegirse, yo elegí ser mujer porque me hace feliz”, les explicó a sus alumnos antes de aclararles que seguirían trabajando en clase como siempre, salvo que a partir de entonces esperaba que la llamaran Quimey.

Y continúo: "Yo soy lo que ustedes vulgarmente conocen como una travesti, eso significa que yo no nací mujer pero elijo ser mujer". ¿Qué significa, que sos puto profe? - le preguntó ese día uno de los alumnos.

- No, no significa eso. Lo que vos decís es un varón al que le gustan los varones. Y yo no soy mujer porque a mí me gusten los varones. Yo soy mujer porque me siento mujer y por suerte es algo que se puede elegir, cada uno puede ser como quiera ser. Esto es algo que me hace muy feliz.

Durante todo ese día, algunos alumnos se le acercaban y le hacían preguntas: tenés novio, pensás tener hijos. Ella contestaba sin problemas. En ese momento daba clases de inglés a todos los estudiantes de la primaria de la escuela.

Uno de sus alumnos se le acercó y le dijo: "Vos no le tenés que hacer caso a nadie seño, vos tenés que hacer lo que vos tengas ganas, no le hagas caso si alguien te dice alguna gilada". Para los alumnos de primaria ´profe´ es para varón y ´seño´ para mujer.

Cuando los padres se enteraron, sólo hubo dos familias que llegaron a la escuela para quejarse. Las recibió el director, que les dijo: "Acá no hacemos nada más que cumplir con la ley (de identidad de género). Si quieren cambiarlos no tengo problema, lo que no les puedo garantizar es que en la otra escuela no haya otra profe como la profe Quimey". Aunque ella lo supo mucho tiempo después, esa respuesta le hizo mucho bien.

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Quimey Ramos
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La transición

Meses antes de presentarse en la escuela como “la seño Quimey”, comenzó a animarse cada tanto a vivir una semana como mujer. Pero al principio era tanta la presión que sentía que de repente volvía aliviada a vestirse como varón. Por entonces habitaba un departamento en el centro, del que entraba y salía eludiendo a los vecinos. Había empezado a dejarse el pelo largo por primera vez. Pero en el fondo era “un mundo de dudas, no sabía qué hacer”. Temía seguir avanzando por miedo a ser rechazada por su familia y su entorno laboral.

La escuela, su lugar de trabajo, vino después. Amparada en la Ley de Identidad de Género y la confianza que le daba haber trabajado durante dos años ahí, le compartió su situación al director. Le dijo básicamente lo que le estaba pasando: que se sentía una mujer trans y que si bien no estaba todavía en condiciones de hacerlo visible, iba en esa dirección. También le pidió que le permitiera ser ella quien se ocupara de contárselo a sus compañeros, cosa que ocurrió tres meses después.

La ley de identidad de género fue sancionada el 9 de mayo de 2012 e indica que todas las personas que lo deseen pueden "solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida".

"Me llena de esperanza la idea de que el día de mañana estos chicos van a acordarse que tenían una maestra que no nació biológicamente como mujer pero que eligió serlo. Y que ese recuerdo les va a permitir relacionarse sin prejuicios con personas como yo”, dijo.

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