"Hay mucho miedo a un estallido social": el desesperado pedido de argentinos varados en Sudáfrica

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María Eugenia Franco Mónaco y Pablo Alejandro Gómez son parte de los casi 70 ciudadanos argentinos que están varados en Sudáfrica y piden volver al país.

Más de 10 mil casos de coronavirus fueron registrados en África con mayoría de contagios en Sudáfrica que tiene, hasta este martes, 1.600. Allí, cerca de 70 argentinos se encuentran varados a la espera de volver al país. Es justamente ese pequeño número sumado al cierre de fronteras y la prohibición de países para que hagan escala, la mayor de las complicaciones.

María Eugenia Franco Mónaco y Pablo Alejandro Gómez, ambos de 29 años, se casaron el 14 de marzo, cuando en Argentina todavía no se había decretado la cuarentena. Tras un gran esfuerzo, planificaron durante meses su luna de miel a Sudáfrica, a donde llegaron el 16. Pero todo el itinerario quedó truncado ante el aumento de casos de coronavirus en el continente africano.

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Ahora están varados en Pretoria y sin fecha cierta de regreso. “Estamos alojados en un monoambiente y nos estamos pagando el alquiler y la comida. Hay gente repartida en hostels o casas de huéspedes, muchos varados en Ciudad del Cabo porque tampoco hay vuelos internos”, cuenta la pareja a minutouno.com. “Estamos a la espera de alguna novedad de parte del consulado porque dependemos de ellos para volver a Argentina. Por el lockdown –como se denomina a la cuarentena por coronavirus- solo permiten vuelos de repatriación”.

Dudaron antes de volar a Sudáfrica. Hicieron las averiguaciones correspondientes con la compañía de viajes, los alojamientos y las aerolíneas, pero las cancelaciones en ese entonces no eran posibles: “Habíamos hecho un montón de esfuerzo para pagarlo y no nos devolvían un peso. Si cancelábamos, perdíamos absolutamente todo, por eso nos arriesgamos a venir”, cuentan quienes, al igual que muchos, no imaginaron la magnitud que tomaría la pandemia de coronavirus.

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La pareja tenía planeado conocer la Ruta Jardín –unos 300 kilómetros que unen Ciudad del Cabo con Port Elizabeth- para luego realizar el safari en el Parque nacional Kruger.

La pareja tenía planeado conocer la Ruta Jardín –unos 300 kilómetros que unen Ciudad del Cabo con Port Elizabeth- para luego realizar el safari en el Parque nacional Kruger.

Desde que llegaron a Sudáfrica “todo se precipitó y la situación fue empeorando”. “El 21 de marzo una persona que trabaja en el consulado que nos advirtió de la situación, nos recomendó viajar a Johannesburgo y que tomáramos el primer vuelo que consiguiésemos a Argentina”, relata María Eugenia. El 22 por la noche llegaron a la ciudad sudafricana con un aeropuerto cerrado, por lo que decidieron hacer noche en un hotel para regresar al otro día a las 6 de la mañana.

“Sabíamos que Latam –la aerolínea contratada- estaba cancelando vuelos y tenía prioridad la gente que volaba ese día o que ya les habían cancelado vuelos. Ofrecían vuelos para el 30 y 31, porque entre el 22 y 29 dejaba de operar”, detalla a este portal.

El vuelo del 31 tenía como destino Montevideo, Uruguay. En tanto otras aerolíneas que por el momento volvían a Ezeiza –como Qatar o Ethiopian- estaban colapsadas. “Hay gente que compró esos pasajes y no pudo volver”, concuerda María Eugenia con situaciones similares a la que vivieron ciudadanos argentinos varados en Tailandia.

Latam les ofreció alojamiento en un hotel hasta el 31, donde pararon del 22 al 25. El jueves 26 el gobierno sudafricano decretó el llamado lockdown (cierre de emergencia) del país. Los vuelos del 30 y 31 se habían cancelado. Por recomendaciones del consulado, cambiaron de hotel y llegaron a Pretoria, capital administrativa de Sudáfrica.

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La esperanza llegó al día siguiente por medio de Brasil. “Nos dijeron que habían logrado negociar que los vuelos del 30 y 31 salieran como repatriación a San Pablo para hacer la cuarentena ahí. Si queríamos viajar había que constatar la reserva de un alojamiento en San Pablo por 30 noches y comprar un vuelo de regreso a Ezeiza. Tuvimos un lapso de dos horas para hacer eso. No lo pensamos y reservamos todo. Compramos el vuelo y reservamos el alojamiento”.

“Al día siguiente a la mañana nos informan que esa opción se cayó porque (Jair) Bolsonaro decretó el cierre de fronteras a extranjeros. Fue el primer golpe, porque teníamos lugar en ese avión y no pudimos subir”.

"Sabemos que somos pocos y si no nos juntan con otros latinoamericanos no llenamos ni un avión, no conviene venir a buscarnos pero queremos volver" "Sabemos que somos pocos y si no nos juntan con otros latinoamericanos no llenamos ni un avión, no conviene venir a buscarnos pero queremos volver"

En cuanto al accionar de la embajada en Sudáfrica, informaron que se les asignó un “representante” a cada uno de los varados para que día a día se les comuniquen las novedades: “Las opciones de regreso se van cayendo con las horas, tal vez para que veamos que se están moviendo. El 6 de abril salió otro vuelo de South African Airways a San Pablo pero siguen sin aceptar a los argentinos”.

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“Estamos bastante ‘pinchados’ de ánimos. No hay opción de vuelta viable. Somos pocos, entonces si no nos juntan con otros latinoamericanos no llenamos ni medio avión y claramente no conviene. Eso es un punto en contra para repatriarnos”, admiten Pablo y María Eugenia en medio de la pandemia de coronavirus.

Al ser un destino sin vuelos directos, la mayoría de las veces se debe realizar escala en Brasil. “Dependemos de Latam, Qatar, Ethiopian, que hacen escalas en Dubái o Doha, Ethiopia. Aerolíneas Argentinas no llega acá ni va a llegar. Hay que negociar con otras empresas. Dependemos enteramente que desde Argentina se hagan los esfuerzos necesarios para que en Brasil nos dejen entrar”.

"Hay mucho miedo de un estallido social. No es nuestro idioma ni nuestra cultura, estamos muy lejos de casa”

En cuanto a la ayuda económica en medio de la pandemia de coronavirus, indicaron que la mayoría llenó las declaraciones juradas del Gobierno y si bien “nadie acá recibió ayuda, hay situaciones peores que la nuestra y sabemos que son para casos muy excepcionales de extrema necesidad”. “La realidad, creemos, es que ninguna persona que vino de viaje acá va llegar a esa situación. Pero sí estamos gastando más plata que la pensada para sobrevivir vaya a saber cuántos días más acá. Es presupuesto que se consume y eventualmente se va a terminar. Todo hay que pensarlo en dólares con el impuesto que todavía lo seguimos pagando”. El domingo, el canciller Felipe Solá anticipó que estudian quitar el tributo del 30% para los argentinos varados, aunque admitió que "es muy complicado ponerlo en práctica".

En cuanto a la seguridad de los ciudadanos argentinos en Sudáfrica, si bien por su parte destacan la amabilidad de los dueños del hospedaje, sí relatan episodios vividos por compatriotas en localidades como Johannesburgo: “Sabemos que no es una ciudad segura, que a algunos los quisieron asaltar, les gritan ‘corona’ por ser extranjeros, y tuvieron que pedir a la embajada que alguien los acompañe a hacer las compras. Hay mucho miedo de un estallido social. No es nuestro idioma ni nuestra cultura, estamos muy lejos de casa”.

Las sensaciones de estar varados en medio de la pandemia de coronavirus son muchas: “Estamos decepcionados con Argentina. Tenemos esa sensación de abandono, de estar a la deriva. Desde el 22 estamos intentando volver, pasa el tiempo y no hay certezas. La incertidumbre es lo peor. Nos están privando del derecho de volver a nuestro país”.