El acuerdo con el FMI: un gol en contra para Argentina

Política

Los únicos países que tienen créditos "stand by" del Fondo son Irak, Jamaica y Kenia. Los condicionamientos de política económica que impone.

El jueves pasado el gobierno de Mauricio Macri anunció que finalmente acordó con el FMI un crédito "stand by" de 50 mil millones de dólares. Los créditos stand by están asociados a una serie de condicionamientos de política económica y son los menos comunes hoy en día, al punto que los únicos países que tienen créditos de estas características son: Irak, Jamaica y Kenia. Sin embargo, Argentina acudió al FMI y se sometió a sus condicionamientos.

Los episodios del último mes pusieron al descubierto los riesgos de habilitar el mecanismo de bicicleta financiera en un contexto de volatilidad internacional. Luego de amasar el equivalente a 60 mil millones de dólares en Lebacs, de generar el déficit de cuenta corriente más alto desde la década de 1990 y de financiar la fuga de capitales con deuda externa, el gobierno no pudo contener la corrida cambiaria. Perdió más de 9 mil millones de dólares de las reservas, subió la tasa de interés al nivel más alto de su gestión y tuvo que convalidar una devaluación que llevó el dólar hasta los 25 pesos.

Si bien el gobierno intenta argumentar que el acuerdo con el Fondo sirve para poder "sostener" el "gradualismo" que prometía para aplicar el ajuste, no quedan dudas que esto será al revés.

En todos los países donde el FMI intervino el ajuste se volvió más feroz, y Grecia es uno de los ejemplos más recientes de ello. Ya la semana pasada los ministros Nicolás Dujovne (Hacienda) y Andrés Ibarra (Modernización) anunciaron que habrá miles de despidos en la administración pública.

Por otro lado se vetó la Ley de Emergencia Tarifaria permitiendo que el gobierno pueda seguir aumentando las tarifas sin tope. Al día de hoy, desde que asumió Macri, las tarifas de luz aumentaron en promedio 1768% y las de gas 1500%. Para colmo, Dujovne anunció el jueves que la deuda no será utilizada para invertir en materia social y productiva, sino que uno de sus objetivos es reducir la cantidad de Lebacs y cambiarlos por deuda en dólares. Así se sigue financiando la fuga de capitales y la bicicleta financiera.

Otro tema pendiente para el gobierno es la reforma laboral, que diversos medios han anunciado que intentará aprobarla durante el Mundial. Ésta, acompañada con la reforma previsional y la tributaria, termina de cerrar el círculo de ajuste que el gobierno lanzó a finales del año pasado para "recuperar la confianza en sus inversores". En ella se propone mayor flexibilización laboral y menores indemnizaciones, entre otras propuestas vinculadas a precarizar el trabajo en nuestro país. Incluso no podemos descartar que vuelvan a intentar reformar las jubilaciones, considerando los antecedentes del FMI en otros países.

Sin duda será el pueblo el que pague los platos ratos, pero esto no garantiza una derrota electoral de Cambiemos. Está abierta la disputa por quién es el verdadero responsable de la crisis económica actual y el ajuste que se profundizará, y es fundamental que la demos con todas nuestras herramientas para construir una nueva mayoría popular. El acuerdo con el FMI es un gol en contra para nuestro país, pero el pueblo que pelea por sus derechos está en la cancha y no va a declararse derrotado.

* Itai Hagman es economista y referente de Ahora Buenos Aires.

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