Una vida marcada a puro beso y cachetazo: Arnaldo André un actor y galán de sangre caliente
*Su vida merecería ser contada. De la pobreza en Paraguay a la fama lograda en América y Europa, Arnaldo André recorrió un largo camino.
Pero este hombre de sangre guaraní, tuvo una niñez humilde, en la que la principal preocupación de su padre, Justino, el sastre del pueblo, era llevar la comida a su casa. A sus 13 años, André ayuda a su madre, doña Fernanda, a enterrar a Justino, y ambos se radican en Buenos Aires.
Desde aquel éxito que cosechó en 40 Kilates, sus logros profesionales no dejaron de sucederse: lo produjo Alejandro Romay y fue selló una alianza clave con Alberto Migré. Ambos, uno desde la autoría y el otro desde la actuación, no dejaron de conformar telenovelas que paraban al país.
Así fue como logró entrar en las casas populares de Argentina, pero también de Italia, Venezuela, Costa Rica y Estados Unidos, a puro trabajo y dedicación. Con Amo y Señor conquistó el corazón de las mujeres al alternar los cachetazos con los besos que le propinaba a Luisa Kuliok.
Pero nunca dejó de preocuparse por el encasillamiento, que cada día más, se cerraba sobre él. El ser sólo un “galán de televisión” no le dejaba espacio para desarrollar la fructífera carrera que luego logró realizar a puro empecinamiento en el cine y el teatro.
Más de una vez tuvo que producir los proyectos en los que actuó, hasta que el reconocimiento final le llegó y hoy es buscado y admirado por las nuevas generaciones de libretistas y directores argentinos.
Te puede interesar
Lo que se lee ahora
Dejá tu comentario