El deportista que ganó un Balón de Oro y terminó siendo presidente de su país
Su retiro marcó un antes y después en el fútbol africano, ya que fue el primer jugador de este continente en alzarse con este galardón. ¿De quién se trata?
Ganó el Balón de Oro, pero su sueño lo cumplió cuando se convirtió en presidente de su país.
El Balón de Oro es un premio al esfuerzo y la dedicación durante una temporada. Reconoce el sacrificio, el compromiso con el deporte y premia tanto el trabajo individual como el colectivo. Solo unos pocos futbolistas logran alzarse con este galardón, y hay uno en especial que quedó en la historia no solo de su país, sino también de su continente.
George Weah fue el primer jugador africano en conquistar el Balón de Oro. Este exdelantero tuvo una carrera destacada hasta su retiro en 2003. Tras colgar los botines, asumió un rol importante en su país, lo que lo llevó a la presidencia de su nación natal, Liberia.
La historia de George Weah
Weah, nacido en Liberia, se convirtió en una leyenda del fútbol y un símbolo de inspiración para África. Su talento lo llevó a destacarse en equipos europeos como el AC Milan y el Paris Saint-Germain, y en 1995 logró un hito histórico al ser el primer futbolista africano en ganar el prestigioso Balón de Oro, un reconocimiento que premia no solo la habilidad, sino también el esfuerzo y la dedicación deportiva.
Sin embargo, su influencia no terminó en el fútbol. Tras retirarse en 2003, volcó su energía a la política, decidido a cambiar la realidad de su país. Después de años de trabajo y perseverancia, en 2018 asumió la presidencia de Liberia, demostrando que su compromiso con su nación es tan sólido como lo fue su carrera en el deporte.
Las diferencias con su época de futbolista
Como presidente de Liberia, George Weah se comprometió a enfrentar los serios desafíos socioeconómicos del país, tales como la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a servicios esenciales como la atención médica y la educación.
Sin embargo, su gestión fue objeto de críticas debido a su falta de preparación para gobernar y a su incapacidad para cumplir con las promesas realizadas durante su campaña.
El desempeño de Weah se vio empañado por una economía en recesión, un aumento de la inflación y numerosas denuncias de corrupción, lo que generó descontento entre los ciudadanos, especialmente entre los más vulnerables que habían depositado su confianza en él como su ídolo deportivo.
A pesar de la mala reputación que le generó su administración, no estuvo lejos de la reelección en las elecciones de finales de 2023, ganando en la primera vuelta, pero siendo superado en la segunda. Su rival, Joseph Boakai, obtuvo un 50,89% de los votos, mientras que Weah alcanzó un 49,11%.
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