La pobreza subió al 40,9% en el primer semestre de 2020: hay 18,4 millones de pobres en Argentina

Economía

Por la pandemia, la tasa trepó 5,4 puntos porcentuales respecto a diciembre último y 2 millones de argentinos cayeron en la pobreza en apenas 6 meses. Es el valor más alto desde 2005, cuando se ubicó en 44,3%.

En medio de la pandemia de coronavirus, y de la crisis sanitaria y económica que enfrentará el país que a su vez está sumido en su tercer año consecutivo de recesión, 18 millones de argentinos son pobres, es decir, el 40,9% de la población total del país.

Son 2 millones más de nuevos pobres que hace sólo 6 meses, si se proyecta el cálculo oficial a la totalidad de la población urbana y rural del país. Y, de ellos, los más afectados son los niños, según el Indec. Más de la mitad -el 56,3%- de los chicos de hasta 14 años son pobres.

pobreza argentina

Según Unicef, que este año había proyectado una cifra casi idéntica- 60% de chicos de hasta 17 años pobres- son casi 7 millones los niños de hasta 14 años relevados por el Indec si se los extrapola a nivel país bajo la línea de pobreza.

"El segundo trimestre fue el peor de todos, y el tercer trimestre fue bastante complejo, pero fue mejorado porque empezó a llegar a las familias el bono IFE, que se pagó el primero al final del segundo trimestre del año. Pero aún así no alcanza porque la pobreza es un problema estructural y la pandemia es muy compleja", evaluó Sebastián Waisgrais, especialista en monitoreo e inclusión social de Unicef.

En diálogo con minutouno.com, se mostró esperanzado en que la situación socioeconómica del país tienda a mejorar en los últimos tres meses de los que resta de 2020. "Uno espera el rebote, que la economía empiece a crecer más allá de caer menos y que las transferencias del Estado acompañen para mejorar la situación de los hogares argentinos", afirmó.

La tasa de pobreza del 40,9% y de indigencia del 10,5% es la más alta en los últimos 15 años. Sólo fue superada en 2004 cuando en el primer semestre de ese año se contabilizó un 44.3% de la población sin los recursos básicos suficientes para vivir.

En octubre de 2002, el país se sumergió en su situación más crítica: el 57,5% de la población (unas 19,3 millones de personas en aquel entonces) eran pobres. Es, hasta el momento, el registro más alto de la tasa de pobreza desde la medición de este indicador que realiza el Indec desde 1988.

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/eph_pobreza_01_200703093514.pdf

Cuánto son los ingresos para no caer en la pobreza y cuánto realmente tienen de ingreso los sectores pobres e indigentes

Para no ser pobre, en la Argentina una familia tipo (dos adultos y dos menores) necesitó en agosto contar con ingresos mínimos de $43.785. Esto incluye servicios básicos pero no el pago del alquiler de una vivienda, por ejemplo.

Como la pobreza que mide el Indec es en base a ese ingreso que surge de la Encuesta Permanente de Hogares, el informe remarca que una familia tipo pobre tiene ingresos promedios de $25.759, es decir, un 41,2% menos de lo mínimo indispensable para superar el umbral de la pobreza.

Y en materia de indigencia la brecha también es muy pronunciada. Una familia tipo para no ser indigente necesitaba al cabo del primer semestre del año $17.625, mientras que el promedio registrado por el Indec en el 10,5% de la población indigente fue de apenas $10.300,. es decir, un 41,6% menos.

No bastó incluso todos los esfuerzos que hicieron desde el gobierno y la inyección de fondos específicamente para atender a los sectores más postergados. Al 31 de agosto, el Ministerio de Desarrollo Social destinó cinco veces más de recursos para planes alimentarios, programas para la primera infancia y planes de empleo que en todo 2019. Se ejecutaron 150.000 millones de pesos sobre los $28.000 millones del año pasado.

Y a ello hay que sumarle la inversión en el programa ATP que hizo para los trabajadores del sector registrado más el bono IFE de 10.000 pesos para las poblaciones de mayor vulnerabilidad social y los trabajadores informales.

El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, sostuvo que cuando se lanzó el IFE "lo hicimos pensando que iba a alcanzar a 600 mil monotributistas y a 2 millones de personas que entendíamos que el Estado no tenía registradas, pero ese número fue creciendo hasta descubrir que había 9 millones de argentinos que estaban totalmente afuera del sistema”.

Según el ministro, “la pobreza sería peor si el Estado no hubiera auxiliado como lo hizo durante la pandemia”.

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Consultado al respecto, el economista Sergio Chouza del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV, sostuvo que la Argentina "hizo todo el esfuerzo suficiente para paliar la pandemia de coronavirus que tenía a su alcanza porque el país no tiene posibilidad de financiarse en el mercado como sí lo hicieron Chile y Colombia, que salieron a buscar deuda para hacer frente a la crisis del Covid-19 y, además, Argentina ya venía con un arrastre en materia de déficit, de déficit del financiamiento monetario al Tesoro".

A su criterio, la gran virtud de las medidas sociales aplicadas por la administración de Alberto Fernández es que el bono IFE de $10.000, por ejemplo, "llegó a 2 de cada 3 hogares vulnerables" mientras que la asistencia salarial con el ATP cubrió "a la mitad de los trabajadores del sector privado". "El monto de las transferencias no fue significativo, pero sí su alcance: se llegó a muchas personas", remarcó.

De cara a los próximos meses, Chouza se mostró optimista y confió en que en la segunda mitad del año "sí se verá una reducción significativa de la pobreza con la reactivación de la economía".

Ahora, dijo, las transferencias sociales "van a tener más incidencia a la hora de reducir los niveles de indigencia que de pobreza, un paliativo superior en las familias que ni pueden comprar alimentos".