Sufrió violencia, estuvo en cautiverio y la acusan de no defender a la hija de su femicida

Sociedad

Yanina Farías fue víctima de múltiples violencias, al igual que sus hijos, pero está detenida desde 2017 como cómplice del femicidio de su pequeña de dos años. La acusan de "mala madre" por no defenderla del hombre que la mató a golpes.

Yanina Farías está detenida sin condena desde el 6 de agosto de 2017 en el penal N° 51 de Magdalena, provincia de Buenos Aires. Fue acusada de “homicidio agravado por el vínculo por omisión” por no haber defendido a su hija Xiomara, de 2 años, de los golpes de José Alfredo Leguizamón, el hombre con el que vivían.

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Nacida con un retraso madurativo, Yanina también fue su víctima. Las dos semanas previas a que matara a su nena, el hombre la tuvo secuestrada y sometida a violaciones, golpes y otros abusos en una casa en Cuartel V, Moreno. Sin embargo, enfrenta una pena máxima por “mala madre”, mientras que Leguizamón no está acusado de femicidio sino de “homicidio simple”.

Hasta mediados de 2017, Yanina vivía con sus tres hijos y en la casa de su hermana en San Miguel. Un día su mamá le pidió que cuidara un terreno que tenía en Cuartel V, Moreno. Entonces se mudó allí con su hija y su hijo Juan Gabriel, en aquel momento de 4 años, y dejó al cuidado de su hermana a su tercer hijo, entonces de 9.

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Su mamá le presentó en esos días a Leguizamón. Le dijo que se quedaría a vivir allí con ella. Yanina nunca lo consideró su pareja, pese a que él decía a los vecinos que lo era. A pocos días de conocerse, él comenzó a violarla y a golpearla. También le pegaba a sus hijos, a cuales celaba constantemente por la atención que ella les prestaba. Un día decidió no dejarlos salir más. Clavó las ventanas y los encerró con candado.

La psicóloga Raquel Disenfeld, quien le practicó un informe psicológico a Yanina en la cárcel, dijo a minutouno.com que desde el momento en que Leguizamón llegó a la casa “enseguida se adueñó de ella. Estuvo en cautiverio. La violaba, le pegaba a ella y a sus hijos. No la dejaba jugar con los niños, se ponía mal si ella le daba besos. Los tenía a todos amenazados de muerte”.

Aquel 6 de agosto

En la tarde del 6 de agosto, Yanina estaba cambiando a su hija cuando Leguizamón intentó violarla. Ella se resistió. Xiomara empezó a llorar y él comenzó a golpearla para que se callará. También lo hizo con Juan Gabriel. Cuando pudo, Yanina escapó con su hija y la llevó a un centro de atención inmediata. Los médicos ordenaron su traslado al hospital de Moreno y de ahí la llevaron al Garrahan. No pudo acompañarla cuando murió porque ya había sido detenida por una orden de la jueza de Garantías Adriana Julián por considerarla presunta cómplice de su crimen.

Disenfeld explicó que Yanina “no tenía recursos para enfrentar todo lo que le pasó. Ella misma fue víctima” y se preguntó: “¿Cómo podemos responsabilizar a una mujer de no haber podido prevenir este crimen cuando ella estaba cautiva, estaba sometida y tiene discapacidad intelectual?”

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Yanina y sus hijos en la audiencia
Yanina y sus hijos en la audiencia

Además, remarcó que según las pericias “el vínculo de Yanina con sus hijos es de amor. Los hijos piden verla, son niños muy tiernos que se ve por como se vinculan con ella, que estaban muy unidos. Ella los llama todos los días desde la cárcel, ellos le llevan dibujos a las audiencias y sólo tiene amor y cuidado”.

El juicio

Este viernes, en la última audiencia del juicio que comenzó en marzo, Yanina tuvo la posibilidad de dar su testimonio ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°4, integrado por Fabián Brahim, Viviana Guerrieri y Miriam Rodríguez.

Veronica Gonzáles, de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad, contó que la mujer "pudo expresar que era víctima de violencia por parte de Leguizamón. Contó la situación de persecución a la que ella se enfrentaba, también los golpes y que los tres eran víctimas de violencia".

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Por su parte, el abogado de Yanina, Alejandro Bois, contó que el viernes también declaró el psicólogo que había analizado a Leguizamón y que “habló claramente de lo violento que fue y de la forma que tiene para resolver los conflictos. Es decir que todo lo resuelve priorizando la acción al pensamiento”.

Además remarcó que Yanina “no tendría que haber pasado por tanto calvario. La Fiscalía de Moreno llevó adelante eso sin perspectiva de género, esta es la situación”. Y recordó que durante el juicio, el fiscal Gabriel Lorenzo llegó asegurar que Yanina “debería haber velado por la integridad física y el debido resguardo de su hija”.

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En igual sentido, Carina Leguizamón, integrante de la Comisión por la Libertad de Yanina Farías, marcó la necesidad imperiosa de perspectiva de género en la Justicia y destacó: “Queremos marcar un precedente para que estas cosas no vuelvan a pasar, que la Justicia tiene que investigar y que tiene que aplicarse la ley Micaela ya para que todos los funcionarios cuenten con esa perspectiva”.

Disenfeld remarcó que "a parte del cautiverio y de la muerte de su hija, Yanina sufrió el calvario de la cárcel y del ensañamiento judicial de las audiencias en las cuales tuvo que estar sentada y viajar con el asesino de su hija".

Hay dos nuevas audiencias previstas para el martes 14 y viernes 17 de mayo donde se espera que se hagan los alegatos y una posterior sentencia.

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